Published noviembre 09, 2021 by NN with 0 comment

El Filioque, algunas consideraciones sobre la fórmula, su teología y su traducción

 

La pneumatología es una de las ramas más complejas de la Ciencias Sagrada, por lo menos cuando se lo toma con seriedad y nos ponemos a estudiar uno de los temas centrales que llevó al cisma entre Roma Occidental y el resto de la Pentarquía.

El presente trabajo no pretende aportar una solución magisterial: ya hay muchas personas que creen tener esos poderes, esa Σoφíα y ese γνῶσις tan elevado. Algunos esbozan respuestas basadas en las Escrituras, pero la mayoría se contenta con alguna cita del Magisterio o con el Credo modificado de manera unilateral, y olvidan dos cuestiones fundamentales:

 

  • La adición de la cláusura filoque fue una innovación anticanónica para la época (y para los cánones actuales también lo sería)
  • Y la fórmula, que es absolutamente cierta y ortodoxa en latín, cuando se traduce al griego quiere decir otra cosa.

 

Por consiguiente, en este breve ensayo aportaremos algunas notas y textos que permitan a los lectores, poder sostener su postura. Aclaro que considero que el tema ha derivado en un θεολογούμενον, como lo señaló en su momento Theodore Stylianopoulos.[1]

Empecemos con algunas cuestiones históricas: El término es la traducción de la expresión latina según la cual el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo (filioque). Se agregó al Credo violando los cánones del III Concilio Ecuménico, el de Éfeso (431), que prohibía bajo anatema cualquier adición al Credo Niceno-Constantinopolitano.[2]

Ni el Concilio de Nicea, ni luego el de Constantinopla incluyeron la fórmula. Desde la Iglesia Ortodoxa el término es heterodoxo, aunque existe una lectura posible: el Espíritu Santo Procede del Padre por medio del Hijo, tal como señaló San Máximo el Confesor. De esta manera se evita afirmar que el hijo es causa eterna del Espíritu, y de esa forma el Espíritu Santo no es rebajado a una deidad menor, lo cual es herético.

La fórmula filioque, si bien tuvo antecedentes en la Iglesia Nestoriana Persa, se utilizó por primera vez en Occidente en Toledo (España) en el 587 de manera inconsulta y anticanónica con los otros Patriarcas de la Iglesia. Con ello se violó, como señalamos líneas arriba los cánones del III Concilio Ecuménico. Sin embargo es injusto y deshonesto omitir algo importante: por la inclusión se pretendía poner un freno a los arrianos y semiarrianos visigórigos que entendían al Espíritu Santo como una fuerza o energía del Padre. De esta manera, la cláusula filioque echaba por tierra los sofismas del heresiarca Wulfila, obispo arriano. En el Concilio local de Gentilly en 767, se hizo común y comenzó a generalizarse en occidente.

Algunos versículos que se emplean para defender la doble procedencia del Espíritu Santo es Juan 15:26, pero cuando lo leemos no encontramos la explicación latina:

 

Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

 

Ὅταν ἔλθῃ ὁ παράκλητος ὃν ἐγὼ πέμψω ὑμῖν παρὰ τοῦ πατρός, τὸ πνεῦμα τῆς ἀληθείας ὃ παρὰ τοῦ πατρὸς ἐκπορεύεται, ἐκεῖνος μαρτυρήσει περὶ ἐμοῦ·

 

Ahí leemos que el Espíritu Santo, el Paráclito (παράκλητος) que enviará Jesucristo de parte del Padre, o como tradujeron otros, “que procede del Padre”, dará testimonio de Jesucristo, Verdad, Luz y Vida (cfr. Jn: 14:6).

Otro pasaje es el de Juan 16:7 no se refiere a la procedencia de las Personas Divinas en la Trinitas ¿Apoya el filioque?

 

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

 

Yo no veo que trate de la procedencia trinitaria, sino de otra cosa. Para despejar dudas vamos al texto en griego:

 

ἀλλ’ ἐγὼ τὴν ἀλήθειαν λέγω ὑμῖν, συμφέρει ὑμῖν ἵνα ἐγὼ ἀπέλθω. ἐὰν [a]γὰρ μὴ ἀπέλθω, ὁ παράκλητος [b]οὐ μὴ ἔλθῃ πρὸς ὑμᾶς· ἐὰν δὲ πορευθῶ, πέμψω αὐτὸν πρὸς ὑμᾶς.

 

Más claro imposible.

 

Respecto a Lucas 24:49 es aún más interesante, porque se abre a distintas interpretaciones, verbigracia ¿Cuál es el poder de lo Alto? ¿O es una μεταφορά? Porque estoy seguro que usted no entiende al Espíritu Santo como un “poder” o “fuerza” sublime.

 

καὶ ἰδοὺ ἐγὼ [a]ἐξαποστέλλω τὴν ἐπαγγελίαν τοῦ πατρός μου ἐφ’ ὑμᾶς· ὑμεῖς δὲ καθίσατε ἐν τῇ [b]πόλει ἕως οὗ ἐνδύσησθε [c]ἐξ ὕψους δύναμιν.

 

Me parece que el texto es claro ¿No?

Por eso, insisto, no estamos negando la doble procedencia del Espíritu Santo, pero si advertimos sobre la fórmula del credo traducida literalmente.

Aquí entramos el problema de la traducción de la fórmula al griego. Me tomé el trabajo de analizar distintas fórmulas de concordia y acuerdo con católicos romanos de rito oriental, en plena comunión con el Papa. Por alguna razón en la Unión de Brest, por ejemplo, se dejó fuera la cláusula filioque.

Otro tanto pasó en los textos litúrgicos acordados entre Roma y las Iglesias de Rito Oriental. De hecho, invito al lector observar como

 

qui ex Patre Filioque procedit

 

se transforma en

 

τὸ ἐκ τοῦ Πατρὸς καὶ τοῦ Υἱοῦ ἐκπορευόμενον.

 

Por eso, el gran San Cirilo de Alejandría advirtió de no confundir προϊέναι y προχεῖσθαι con ἐκπορεύεσθαι.[3] Cuando entramos a algún sitio de “apologetica romana”, de esos que llaman a los ortodoxos “focianos” nos desayunamos con una lista de versículos bíblicos como los que comentamos líneas arriba, que arrojan sombras sobre lo que se está queriendo decir: El Espíritu Santo Procede del Padre y del Hijo, o procede del Padre por medio del hijo… la Escritura cuando mucho puede indicar lo segundo.

Existen graves problemas de traducir literalmente qui ex Patre Filioque procedit a τὸ ἐκ τοῦ Πατρὸς καὶ τοῦ Υἱοῦ ἐκπορευόμενον,  porque la expresión ἐκπορεύεσθαι implica subordinación, lo cual es ¡Antitrinitario! Si bien podemos expresar algo en un idioma, no siempre eso significa exactamente lo mismo en otro, de allí que los uniatos no están obligados a recitar τὸ ἐκ τοῦ Πατρὸς καὶ τοῦ Υἱοῦ ἐκπορευόμενον porque ¡Estarían diciendo una brutal herejía anti-trinitaria![4]

Para finalizar recomiendo el interesante desarrollo que, sobre la procedencias de las personas divinas realizó San Juan Damasceno, a quien nadie se puede atrever a tachar de hereje, y deja en clara cual es la posición verdadera.[5]



[1] Siecienski, A. Edward, Missed opportunity: the Council of Ferrara-Florence and the use of Maximus the Confessor’s theology of the filioque. Twenty-Ninth Annual Byzantine Studies Conference, Lewiston, ME, 16–19 October 2003.

[2] Diccionario Portátil de los Concilios.

[3] Migne, PG 76, Thesaurus.

[4] Situaciones como esta no fueron extrañas en la antigüedad, recuerde el lector que San Cirilo de Alejandría fue acusado de monofisista porque se confundió μία con μόνος, siendo la expresión del Santo Patriarca μία φύσις τοῦ θεοῦ λόγου σεσαρκωμένη.

[5] Philip Schaff, NyPNF, Serie II, Vol 9, Lib I, Cap. 12.

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